Un implante es una pequeña pieza alargada con forma de tornillo de un material biocompatible especial (generalmente, titanio), que, instalado en los huesos maxilares, se "fusiona" con éstos al cabo de unas cuantas semanas.
Los implantes se comportan, de este modo, como raíces de dientes ausentes que permiten brindar anclaje a prótesis sustitutivas del diente o de los dientes perdidos. Esta prótesis puede ser fija o removible (retirable a voluntad) y no necesita apoyarse o sujetarse a dientes naturales remanentes en la boca.