Para mantener nuestra boca sana, ajena de placa bacteriana y de sarro, es fundamental conocer las técnicas de higiene adecuadas y aplicarlas siempre después de cada comida. Esto no solo va a garantizar que disfrutemos de unos dientes sanos durante muchos años sino que además es un requisito imprescindible para poder mantener los tratamientos dentales que nos hayan realizado. El pronóstico de dichos tratamientos y su duración a lo largo de los años va estrechamente ligado a una correcta higiene oral.
Cepillado
No basta con que nos cepillemos los dientes, tenemos que hacerlo de la manera correcta. Cada boca y cada disposición de dientes es diferente y en algunos casos es posible que el higienista tenga que individualizar la técnica de cepillado, explicando al paciente cuales son las áreas a las que debe prestar especial atención.
Como norma general, debemos cepillarnos los dientes de arriba hacia abajo para los dientes superiores y de abajo hacia arriba en los inferiores. El cepillo siempre debe tener una ligera inclinacion hacía la encía y el cepillado debe ser siempre desde la encía hacía el diente y no al reves. Una vez finalizado el cepillado de dientes pasaremos a limpiar la lengua, colocaremos el cepillo perpendicularmente en la parte posterior y a continuación realizaremos barridos hacia la parte anterior de la lengua siempre con movimientos de atras hacia delante. Este video es un perfecto resumen:
Seda dental
La seda dental es un complemento perfecto para el cepillado ya que elimina los restos de comida que puedan haber quedado retenidos entre los dientes y que el cepillado no es capaz de limpiar. Debemos usarla al menos una vez al día. Debemos introducir la seda en la boca suavemente, ejerciendo en todo momento una presión lateral de la misma contra el diente, nunca contra la encía. Pasaremos la seda por cada uno de los espacios interdentales, limpiando los laterales de ambos dientes.